El transporte es el lugar más inseguro para las mujeres en Puebla, según encuesta del INEGI
El transporte público continúa siendo el espacio más hostil para las mujeres en Puebla, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente a la primera mitad de 2025. La sensación de vulnerabilidad ha obligado a muchas a modificar sus rutinas: desde elegir cuidadosamente su vestimenta hasta evitar viajar solas.
Si bien el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), encargado de la encuentra, no revela las principales acciones que causan temor a esta población, algunas mujeres consultadas, indicaron que el acoso y el robo son los principales motivos.
La última estadística, que mide percepciones en torno a la seguridad pública, expone que más de una decena de espacios públicos son percibidos por las mujeres como entornos marcados por la incertidumbre.
Una vez más, las unidades de transporte público encabezan la lista de lugares donde la población femenina se siente menos segura. Ya sea en autobuses o combis, la experiencia de viajar se ha convertido en un ejercicio de tensión constante para muchas mujeres.
Para la elaboración de la estadística, el Inegi consultó a 879 mil 168 mujeres mayores de 18 años que utilizan el transporte colectivo en la capital poblana, el corte corresponde al mes de junio.
De ese total, 776 mil 927 mujeres señalaron sentirse intranquilas al utilizar estos medios de transporte. La proporción equivale al 88.4 por ciento.
Este es el segundo año de forma consecutiva que el transporte público se coloca como el espacio más inseguro para las mujeres. Según las cifras del Inegi, al corte de junio de 2024, un millón 244 mil 903 mujeres se sintieron vulnerables.
Acoso y robo, principales temores
María Lagos, empleada de una tienda de cosméticos en el centro de la ciudad, utiliza el transporte público como su medio de desplazamiento diario.
De lunes a sábado aborda las unidades de la ruta 68, desde la zona de Amalucan al centro de la ciudad. En repetidas ocasiones le ha tocado presenciar actos de acoso, principalmente miradas lascivas de hombres hacia mujeres.
«Hay hombres que se la pasan acosándote en el camión y sin siquiera ir con una ropa ‘provocativa’, como ellos le llaman,» comentó.
Sumó que son nulas las mujeres que utilizan el botón de pánico que existe en algunas unidades, debido a que, consideró, parece no funcionar o simplemente por temor a no ser respaldada.
Dafne Cruz es otra usuaria de la ruta 68 y también consideró inseguro hacer uso de estas unidades. Su principal temor es ser víctima de la delincuencia, pues carga con artículos de un valor económico importante.
Agregó que también le genera temor y desconfianza ser acosada, pues recordó que hace tiempo un hombre grabó bajo la falda de su hermana y, a pesar de que lo manifestó en voz alta, el chofer de la unidad no intervino.
Como medida para evitar pasar por un acontecimiento similar, dijo que siempre viaja “lo más cubierta posible”.
Cambian rutina para no ser víctimas
Un caso es el de Yasmín Romero, usuaria de la ruta 55. La joven estudiante de licenciatura se traslada de lunes a viernes desde la Unidad Habitacional La Margarita al centro de la ciudad.
Relató que es recurrente presenciar y ser víctima de acoso en el transporte público. Apenas la semana pasada, la joven fue víctima de acoso cuando un hombre hizo comentarios inapropiados sobre su cuerpo.
Este no es el único acto del que ha sido víctima, pues también se ha enfrentado a miradas lascivas y empujones incómodos en el cuerpo.
Este tipo de actos la han orillado incluso a tener que cambiar su forma de vestir para evitar los señalamientos incómodos; también la ha obligado a estar más vigilante de quiénes están en la unidad.
«Si vengo de falda, tengo que estar más a las vivas, ver quién se sienta a un lado, estar pendiente de los hombres que se suben,» comentó.
Castillo dijo que también viaja con temor a ser asaltada, pues sabe que a cualquier hora del día puede ser víctima de la delincuencia en el transporte.
Brissa González y Jacqueline Muñoz son dos amigas que también han sufrido acoso en el transporte. Ante esto, optaron por viajar juntas para sentirse más seguras y en compañía.
Diariamente, las estudiantes utilizan el sistema de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) para desplazarse del centro al sur de la capital y han coordinado sus horarios para poder viajar acompañadas.
En momentos diferentes, las mujeres manifestaron sufrir acoso en el transporte público, aunque evitaron dar detalles. Señalaron que, a pesar de que existen unidades exclusivas para mujeres, esto no se respeta y hombres también abordan la unidad, poniéndolas en riesgo de ser víctimas de algún delito de género.
Al igual que las entrevistadas anteriores, ellas también se han visto obligadas a cambiar su estilo de ropa, al priorizar el uso de pantalones sobre shorts, faldas o vestidos.
«Es inseguro viajar en transporte porque te acosan; tenemos que cambiar nuestra forma de vestir porque algunos creen que es provocativa y no te sientes cómoda cuando te están viendo o incluso diciendo cosas,» acusó Brissa González.
El temor no se limita a los actos de género, sino también a ser víctima de atracos, ya que coincidieron en que cada vez es más frecuente este ilícito en la capital poblana.
“Hay veces en donde es inseguro por los robos, sobre todo en la noche; también deja de pasar el camión, eso está peligroso”, insistió Jacqueline.
Mujeres también temen ir al banco y caminar en la calle
La sensación de inseguridad no se limita al transporte público. Los datos más recientes revelan que el temor se extiende a otros espacios públicos, como cajeros automáticos y caminar en vía pública.
Según el último informe disponible, el 86.2 por ciento de las mujeres declaró sentirse insegura al utilizar cajeros automáticos ubicados en la vía pública. La calle, otro de los espacios más transitados, tampoco ofrece garantías, pues un 79 por ciento afirmó experimentar temor al caminar por ella.
Las sucursales bancarias registraron un 74.4 por ciento de percepción de inseguridad; los mercados, un 72 por ciento, las carreteras, un 69.2 por ciento, y los parques o centros recreativos, un 69.2 por ciento.
También los automóviles se consideraron un espacio inseguro con el 49.2 por ciento, el espacio de trabajo alcanzó el 45.7 por ciento, el 41.3 por ciento en instituciones educativas y el 27.8 por ciento en el hogar, que, aunque menos frecuente, no queda exento de esta sensación.